... dígote cuánto ámote del tacón al pelo,
esté ese pelo donde esté,
en lo alto o en lo secreto de tu fragancia,
espero esperándote parado aquí
a las 7 bajo el humo del reloj...
(Gonzalo Rojas)
El número 30 de La Bicicleta apareció en enero de 1983. Ese año que jamás olvidaremos porque fue el año en que empezaron las protestas nacionales contra el dictador. Bueno, en enero de ese año nuestro país estaba en plena recesión y Eduardo Yentzen hace una reflexión sobre eso en la editorial de este número. Como siempre, desde una posición centrada en el ser humano, Eduardo hacía una crítica al sistema económico, social y político que entonces nos oprimía. Sin entrar en la discusión de cuánta opresión siguen sufriendo hoy los trabajadores y el pueblo en general, vale la pena releer la editorial de Eduardo.
En poesía, este número trae una selección de poemas de tres destacados poetas chilenos: Raúl Zurita, Gonzalo Rojas y Eduardo Parra. Este último es, como sabrán, el tecladista de Los Jaivas y quien también aporta con buena parte de las letras del grupo. Zurita siempre me gustó, aunque debo reconocer que más como poeta que como agente dentro del campo literario (lo de agente no lo tomen a mal, es sólo para describir su papel como parte de la máquina política que se mueve en torno a la poesía y la literatura en este país). En fin, que su reconocimiento como poeta no necesitaba de esos halagos y adulaciones al poder que hizo hace unos años. Ya otros antes que él habían hecho algo parecido pero obviamente que en otras épocas se podía tal vez perdonar tal cosa. En fin, que prefiero quedarme con el recuerdo del poeta que conocí gracias a La Bicicleta en aquellos años. De Gonzalo Rojas no es mucho lo que puedo decir. Lo he leído y me gusta mucho también su poesía. Además me parece que su Premio Nacional de Literatura estaba muy merecido y el Premio Cervantes simplemente vino a hacer justicia con su obra. Por cierto, siempre hay otros que lo merecían tanto como él. Pero así funciona el mundillo literario. Sólo hay premios para los menos. En cuanto a Eduardo Parra, debo decir que no me seduce tanto su poesía. Si hubiese estudiado literatura o al menos hubiese hecho algún taller literario, sabría probablemente por qué no me gusta tanto. Pero como a Los Jaivas simplemente los amo, supongo que algo de sus letras y poesía me cautivó en la adolescencia. Razón de más para alegrarme de su inclusión en esta selección.
Álvaro Godoy nos trae un interesante artículo sobre el fenómeno que en esos años generó "el caso Piñera". Nada que ver con Sebastián sino que se trataba de su hermano Miguel. Papurri, como se le conoce actualmente. Bueno, ya comenté en un anterior número que este personaje provocó toda clase de reacciones en artistas y público. Vendía la pomada con su onda artesanal y hasta se permitió tratar de "compañero" a Silvio en un concierto que dio en el teatro Caupolicán junto a Congreso. Nada menos. No recuerdo quién más tocó aquella vez pero sí sé que salió con su boina estilo Ché Guevara y su guitarra a cantar canciones comprometidas. Por eso y mucho más, fue objeto de críticas por parte de moros y cristianos. Le acusaban de apitutado (no sólo era hijo de un ex-diplomático, sino además hermano de un ex-ministro y de un empresario ya entonces poderoso y además sobrino de un obispo), que salía en cuanto programa televisivo había, que era un farsante, un ignorante y que, como lo dijo Oscar Andrade en una de sus canciones, usaba la izquierda para vender y la derecha para vivir. En fin. Todo un caso que aquí es analizado con cierta ironía por Álvaro y en el que opinan algunos músicos y periodistas. El tiempo les dio la razón a unos y contradijo a otros. Sólo puedo señalar que entonces me caía mal porque yo conocía al grupo Agua y me dio lata que él se hiciera famoso con una de sus canciones. Pero debo reconocer que siempre se rodeó de muy buenos músicos. Nada que decir. De hecho, el propio Roberto Lacourt y Oscar Pérez, ambos del grupo Agua, fueron parte de su banda.
También trae este número los pormenores de una premiación que hizo la revista a propósito de los 4 años que cumplía. Así, se hizo entrega de los Premios al Canto Nuevo, que se realizó en el cine-arte Normandie (cuando quedaba en Alameda). Además se organizó un festival de video en el Goethe y se exhibió la película de Cristian Sánchez "Los deseos concebidos". Entre los premiados estuvieron Eduardo Gatti, Eduardo Peralta y Congreso. Cada uno de los galardonados recibió el "Pedal de plata". En verdad no sé si era así como se llamaba el premio pero sí era un pedal, obviamente.
En música, este número viene dedicado a la Nueva Trova. En el artículo se recuerda la visita que hicieran algunos exponentes de dicho movimiento musical cubano a nuestro país en el año 1972. La recordada "Santiago de Chile" de Silvio Rodríguez fue uno de los frutos de ese histórico viaje. Precisamente de Silvio es el cancionero de esta Bicicleta. Más precisamente, de su disco Unicorno, editado en 1982 y que tiene hermosas canciones, como es habitual en el músico cubano. A quién no se le ha perdido alguna vez ese unicornio azul del que habla Silvio. Lo bueno es que con el tiempo, ya casi no duele su ausencia.
Antonio De la Fuente nos ofrece un artículo muy interesante sobre el pueblo aymara. A propósito de cómo los intereses de grandes capitales mineros podían dejar sin agua a los pueblitos de la Quebrada de Tarapacá, el artículo aborda la realidad social y cultural de los pueblos aymaras. En una época en que no había reconocimiento oficial de la existencia de pueblos originarios, el artículo de "Antonio Delaefe" contribuye a evidenciar los costos de un modelo económico que depreda no sólo la naturaleza sino también la cultura.
Y sobre cultura es también lo que trata el último de los artículos que trae este número de nuestra recordada revista. Esta vez lo firma Mariano Maturana, quien desde Holanda escribe sobre lo que representa cultural y filosóficamente el punk, a partir de una visita a un local que reune a punks holandeses. Algo así como la versión holandesa de "El trolley". Interesante descripción la que hace Maturana de esta filosofía que, como él mismo lo dice, "se manda a la mierda a sí misma".
En cuanto el resto de las secciones de la revista, este número trae, como siempre, variada información sobre la actividad cultural del Chilito de aquellos años. Siempre me resulta atractivo releer esas notas porque uno se encuentra con sorpresas. Así, por ejemplo. Se lee en este número que se acababa de realizar en diciembre del 82 la Feria del Libro. Claro que en esos años se hacía en el Parque Forestal. Todavía conservo algunos de los libros que me compré en más de una de esas ferias que se organizaban entonces a orillas del Mapocho. Nada que ver con lo que ahora se hace en la Estación Mapocho.
Una de mis secciones favoritas de La Bicicleta era la sección de "Cartas al director". En este número viene una carta de un señor Garfias que es miembro del Instituto Histórico de Chile y que reclama contra uno de los lectores de La Bicicleta, quien en el número 27 (que no tengo y por eso no he podido aún compartir) planteó una serie de ideas respecto a lo que representan los valores patrios y la significación de la celebración del Combate de La Concepción. Sé que muchos de ustedes recuerdan esa seguidilla de cartas que se enviaron como parte de este debate. Duró varios números y fue una de las veces en que pude realmente apreciar el valor que tiene el espacio en el que los lectores pueden manifestar sus opiniones libremente. Esa discusión pública respecto a los valores patrióticos fue uno de los buenos recuerdos que nos dejó esta revista.
Bien, entonces disfruten de este nuevo número. No olviden leer las aventuras de Supercifuentes, quien en esta ocasión se las da de titiritero. No olviden dejar sus comentarios y sugerencias o avisarme en caso de algún número al que le falten páginas o de un enlace caído.
DESCARGAR LA BICICLETA Nº 30 DESDE AQUÍ (Filesend)
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En poesía, este número trae una selección de poemas de tres destacados poetas chilenos: Raúl Zurita, Gonzalo Rojas y Eduardo Parra. Este último es, como sabrán, el tecladista de Los Jaivas y quien también aporta con buena parte de las letras del grupo. Zurita siempre me gustó, aunque debo reconocer que más como poeta que como agente dentro del campo literario (lo de agente no lo tomen a mal, es sólo para describir su papel como parte de la máquina política que se mueve en torno a la poesía y la literatura en este país). En fin, que su reconocimiento como poeta no necesitaba de esos halagos y adulaciones al poder que hizo hace unos años. Ya otros antes que él habían hecho algo parecido pero obviamente que en otras épocas se podía tal vez perdonar tal cosa. En fin, que prefiero quedarme con el recuerdo del poeta que conocí gracias a La Bicicleta en aquellos años. De Gonzalo Rojas no es mucho lo que puedo decir. Lo he leído y me gusta mucho también su poesía. Además me parece que su Premio Nacional de Literatura estaba muy merecido y el Premio Cervantes simplemente vino a hacer justicia con su obra. Por cierto, siempre hay otros que lo merecían tanto como él. Pero así funciona el mundillo literario. Sólo hay premios para los menos. En cuanto a Eduardo Parra, debo decir que no me seduce tanto su poesía. Si hubiese estudiado literatura o al menos hubiese hecho algún taller literario, sabría probablemente por qué no me gusta tanto. Pero como a Los Jaivas simplemente los amo, supongo que algo de sus letras y poesía me cautivó en la adolescencia. Razón de más para alegrarme de su inclusión en esta selección.
Álvaro Godoy nos trae un interesante artículo sobre el fenómeno que en esos años generó "el caso Piñera". Nada que ver con Sebastián sino que se trataba de su hermano Miguel. Papurri, como se le conoce actualmente. Bueno, ya comenté en un anterior número que este personaje provocó toda clase de reacciones en artistas y público. Vendía la pomada con su onda artesanal y hasta se permitió tratar de "compañero" a Silvio en un concierto que dio en el teatro Caupolicán junto a Congreso. Nada menos. No recuerdo quién más tocó aquella vez pero sí sé que salió con su boina estilo Ché Guevara y su guitarra a cantar canciones comprometidas. Por eso y mucho más, fue objeto de críticas por parte de moros y cristianos. Le acusaban de apitutado (no sólo era hijo de un ex-diplomático, sino además hermano de un ex-ministro y de un empresario ya entonces poderoso y además sobrino de un obispo), que salía en cuanto programa televisivo había, que era un farsante, un ignorante y que, como lo dijo Oscar Andrade en una de sus canciones, usaba la izquierda para vender y la derecha para vivir. En fin. Todo un caso que aquí es analizado con cierta ironía por Álvaro y en el que opinan algunos músicos y periodistas. El tiempo les dio la razón a unos y contradijo a otros. Sólo puedo señalar que entonces me caía mal porque yo conocía al grupo Agua y me dio lata que él se hiciera famoso con una de sus canciones. Pero debo reconocer que siempre se rodeó de muy buenos músicos. Nada que decir. De hecho, el propio Roberto Lacourt y Oscar Pérez, ambos del grupo Agua, fueron parte de su banda.
También trae este número los pormenores de una premiación que hizo la revista a propósito de los 4 años que cumplía. Así, se hizo entrega de los Premios al Canto Nuevo, que se realizó en el cine-arte Normandie (cuando quedaba en Alameda). Además se organizó un festival de video en el Goethe y se exhibió la película de Cristian Sánchez "Los deseos concebidos". Entre los premiados estuvieron Eduardo Gatti, Eduardo Peralta y Congreso. Cada uno de los galardonados recibió el "Pedal de plata". En verdad no sé si era así como se llamaba el premio pero sí era un pedal, obviamente.
En música, este número viene dedicado a la Nueva Trova. En el artículo se recuerda la visita que hicieran algunos exponentes de dicho movimiento musical cubano a nuestro país en el año 1972. La recordada "Santiago de Chile" de Silvio Rodríguez fue uno de los frutos de ese histórico viaje. Precisamente de Silvio es el cancionero de esta Bicicleta. Más precisamente, de su disco Unicorno, editado en 1982 y que tiene hermosas canciones, como es habitual en el músico cubano. A quién no se le ha perdido alguna vez ese unicornio azul del que habla Silvio. Lo bueno es que con el tiempo, ya casi no duele su ausencia.
Antonio De la Fuente nos ofrece un artículo muy interesante sobre el pueblo aymara. A propósito de cómo los intereses de grandes capitales mineros podían dejar sin agua a los pueblitos de la Quebrada de Tarapacá, el artículo aborda la realidad social y cultural de los pueblos aymaras. En una época en que no había reconocimiento oficial de la existencia de pueblos originarios, el artículo de "Antonio Delaefe" contribuye a evidenciar los costos de un modelo económico que depreda no sólo la naturaleza sino también la cultura.
Y sobre cultura es también lo que trata el último de los artículos que trae este número de nuestra recordada revista. Esta vez lo firma Mariano Maturana, quien desde Holanda escribe sobre lo que representa cultural y filosóficamente el punk, a partir de una visita a un local que reune a punks holandeses. Algo así como la versión holandesa de "El trolley". Interesante descripción la que hace Maturana de esta filosofía que, como él mismo lo dice, "se manda a la mierda a sí misma".
En cuanto el resto de las secciones de la revista, este número trae, como siempre, variada información sobre la actividad cultural del Chilito de aquellos años. Siempre me resulta atractivo releer esas notas porque uno se encuentra con sorpresas. Así, por ejemplo. Se lee en este número que se acababa de realizar en diciembre del 82 la Feria del Libro. Claro que en esos años se hacía en el Parque Forestal. Todavía conservo algunos de los libros que me compré en más de una de esas ferias que se organizaban entonces a orillas del Mapocho. Nada que ver con lo que ahora se hace en la Estación Mapocho.
Una de mis secciones favoritas de La Bicicleta era la sección de "Cartas al director". En este número viene una carta de un señor Garfias que es miembro del Instituto Histórico de Chile y que reclama contra uno de los lectores de La Bicicleta, quien en el número 27 (que no tengo y por eso no he podido aún compartir) planteó una serie de ideas respecto a lo que representan los valores patrios y la significación de la celebración del Combate de La Concepción. Sé que muchos de ustedes recuerdan esa seguidilla de cartas que se enviaron como parte de este debate. Duró varios números y fue una de las veces en que pude realmente apreciar el valor que tiene el espacio en el que los lectores pueden manifestar sus opiniones libremente. Esa discusión pública respecto a los valores patrióticos fue uno de los buenos recuerdos que nos dejó esta revista.
Bien, entonces disfruten de este nuevo número. No olviden leer las aventuras de Supercifuentes, quien en esta ocasión se las da de titiritero. No olviden dejar sus comentarios y sugerencias o avisarme en caso de algún número al que le falten páginas o de un enlace caído.
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5 comentarios:
QUE TIEMPOS AQUELLOS¡¡¡
FELICITACIONES POR TRAERLOS A ESTE PRESENTE ... ASÍ DE ESTA MANERA ... CON CANCIONES Y NOSTALGIA.
CARMEN PRIETO
¿Carmen Prieto? ¿Eres la misma Carmen Prieto de la voz maravillosa? Si eres o si no eres, de todas formas va un abrazo.
Saludos
síiii Mayoneso , soy la mera mera.
cpm
hola, porqué no puedo bajar del rapidshare, en la clave me salen más letras y números de los que puedo poner en el rectangulo, a que se debe eso? ayudame porfis.
FUSA
Mi Viejo fallecido en 1996 adoraba esta canción El Unicornio de Silvio Rodríguez. La cantábamos, sus hijos, y las disfrutábamos viajando a Puerto Montt en aquellos años. Muchas gracias.
Saludos
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