domingo, 30 de septiembre de 2007

LA BICICLETA Nº 15 - septiembre de 1981

Este nuevo número de La Bicicleta nos trae como tema central y cancionero, las músicas de Chiloé. Incluye desde algunas de las más conocidas y tradicionales canciones chilotas hasta algunas más innovadoras, como es el caso de la canción de Richard Rojas con la que Santiago del Nuevo Extremo ganó el Festival Internacional de Viña del Mar en la parte folclórica. Como siempre, vienen con los acordes que elabora Álvaro Godoy para ser tocadas en guitarra. Si quieren escuchar algunas de estas hermosas canciones y otras más de la isla grande de Chiloé, pueden descargar el siguiente disco que compilé especialmente para esta ocasión: Música de Chiloé. Espero que les guste. Incluye los siguientes temas: El rin (Chagual); El curanto, Cueca larga chilota, Dicen que las heladas, El chocolate, El lobo chilote, El tornado, Para bailar segrilla (todas ellas interpretadas por Héctor Pavez); La pericona se ha muerto (Isabel y Angel Parra); Mi abuela bailó sirilla, Mocito que vas remando (Rolando Alarcón); Según el favor del viento (Violeta Parra) y Linda la minga (Santiago del Nuevo Extremo).

También viene en este número el cuento con que Mariana Callejas resultó premiada en el concurso de cuento organizado por La Bicicleta y cuya polémica comenté en relación al anterior número de la revista. El cuento se titula "Jess Abraham Jones" y formaría parte de una compilación de cuentos que escribiera en Santiago y Nueva York. Podrán ustedes mismos evaluar el mérito literario de esta escritora.

En la Feria del libro de Madrid de ese año de 1981, se expuso la obra de cuatro escritores chilenos: José Donoso, Jorge Edwards, Mauricio Wacquez y Miguel Vicuña, sobre lo cual viene una crónica de Radomiro Spotorno. Muy interesante, por cierto.

También viene una entrevista exclusiva que La Bicicleta le realizó a Silvio Rodríguez en Barcelona a través de los colaboradores Patricio Krebs y Juan Ignacio Corces. En ella Silvio habla de La Bicicleta y el célebre cancionero que le dedicara la revista en su número 9, así como de sus composiciones y mucho más.

Un artículo de Eduardo Yentzen sobre el consumismo nos plantea uno de los fenómenos que más repercusión tuvo en esos años. Cabe recordar que desde fines de los setenta se vivía en Chile un boom económico que en el marco del modelo neoliberal implementado desde mediados de esa década permitió la ampliación del consumo, especialmente en los sectores medios, de cuanta mercancía importada llegaba desde Taiwan y otros países (basta ver las peculiares mercancías que en sus aventuras intenta vender Supercifuentes, en su condición de cesante crónico y vendedor ambulante de oficio: espiroquetas y espifurnias taiwanesas, tazas taiwanesas de porcelana con oreja oblicua y otras tonteras igual de inservibles). Con un tipo de cambio que aún se mantenía bajo, la adquisición de televisores en color, radiocassettes y otros bienes por el estilo experimentó un crecimiento que llevó a muchos a una interesante reflexión sobre los aspectos económicos, sociales y culturales de este boom del consumo. Así, Yentzen ofrece en este número de la revista un artículo que plantea la paradoja del consumidor chileno de clase media, que manifestaba por un lado cierto pudor al consumir estos nuevos bienes y por otro, un cierto orgullo en el hecho de hacerlo. Yentzen recurre a dos artículos aparecidos en la revista Proposiciones ese año. El primero es del conocido antropólogo José Bengoa y se titula "Pan y baratijas" y lo pueden bajar de aquí. El otro es del economista Gonzalo Martner (hijo) y se titula "Notas sobre el problema del consumismo". También pueden leerlo descargándolo aquí.

El tema que aborda Yentzen es muy relevante para entender el tipo de transformaciones que experimentó la sociedad chilena durante esos años y cuyas consecuencias se proyectan hasta hoy. Hasta entonces la clase media chilena se había consolidado a partir de ciertos valores bien conocidos: austeridad, decencia, sobriedad, honradez, esfuerzo; y había encontrado en la educación y el empleo público su principal soporte. Pero a partir de la desestructuración que experimenta el modelo de desarrollo chileno con la entrada en vigencia del neoliberalismo, esas condiciones que hicieron posible el crecimiento de los sectores medios en Chile, comenzaron también a cambiar. De allí que el consumo apareciera entonces como un espacio propicio para la constitución de nuevos actores y clases. Es interesante la discusión respecto a las consecuencias sociales, políticas y culturales de esta articulación social en base al consumo. Una de las tesis más conocidas al respecto es la del sociólogo francés Jean Baudrillard quien sostuvo que el consumo operaba una transformación en los objetos desde su condición de valores de uso a su condición de valores signos. Vale decir, más que consumir bienes útiles para satisfacer necesidades, estos nuevos sectores emergentes consumían objetos que eran utilizados como signos de distinción , de prestigio o de status, sin una relación con la satisfacción de necesidades propiamente tal. Pueden leer el artículo "Función signo y lógica de clase", en el que el sociólogo francés aborda este tema descargándolo aquí.
Sabemos cuánto ha sucedido desde entonces en Chile y cómo el consumo hoy parece ser para muchos chilenos una actividad significativa en sí misma y por eso resulta interesante releer este artículo escrito en esa primavera del 81.

Incluye también este nuevo número de La Bicicleta una divertida guía para quienes desean entrar al Jet Set. Fue escrita por el colaborador Manuel Silva, bajo el seudónimo de Rudecindo Cox. Léanla no sólo porque es en sí divertida sino porque también es una forma de aproximarse a ese Chile que a comienzos de los ochenta se creía el cuento del éxito. Claro que no le duraría mucho, como lo indicaban ya algunos signos inequívocos de su fragilidad, como fue el famoso caso de la quiebra de la industria CRAV.

Finalmente, no podía faltar la aventura de Supercifuentes y la sección de noticias culturales. En esta última se informa sobre un ciclo de cine chileno que se realizó a comienzos de ese año en el cine Bandera (hoy desaparecido) y que entusiasmaron al canal 11 de televisión para emitirlas. También se hace referencia a la visita que hicieran Los Jaivas a Chile luego de haber abandonado el país a fines de 1973, primero a Argentina y luego a Francia. Los Jaivas vinieron en agosto de 1981 y dieron importantes conciertos en Santiago y varias ciudades del sur y del norte del país. Los memorables conciertos en el Teatro Caupolican fueron para no olvidarlos jamás. Yo tenía catorce años y fue la primera vez que asistí a un concierto de esa envergadura. Hasta entonces sólo había ido a peñas y recitales en recintos pequeños pero nunca a algo como eso y menos había sido testigo de la energía desplegada por Los Jaivas en el escenario. Como toda primera vez, nunca se olvida. Si quieren conocer cómo fue ese apoteósico concierto de uno de mis grupos favoritos, les invito a descargar ese concierto desde el blog "En busca del tiempo perdido" mediante este enlace. Cabe decir que el concierto se escucha increíblemente bien.

Bueno, espero que disfruten de la revista y el material adicional. Y como siempre, sus comentarios, sugerencias y colaboraciones serán bienvenidas.

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viernes, 28 de septiembre de 2007

LA BICICLETA Nº 14 - agosto de 1981

RECUERDOS

Les olvido
derechamente hablando
y me complazco
del voraz
su bofetada seca
su paz marchita
todo lo torcido.

Les olvido
por higiene o por delirio
(está bien así)
me basta con mis presas rengas
en este abril que verso.

¿Me escuchan?
Les olvido apenas por vivir
y no es disculpa.
¡A USTEDES LES DIGO!
Tengo una cita erótica
con un ángel de plumas azules.

¡DE UNA VEZ POR TODAS!
Que les olvido
les repito.
Mierda de recuerdos.

(Sergio Vesely)



Aquí vamos con el número 14 de nuestra recordada revista La Bicicleta. En esta ocasión se trata de un número que trae un artículo, entrevista y cancionero dedicado a la cantante argentina Mercedes Sosa, apodada cariñosamente como la "negra". Algunas de las más conocidas canciones interpretadas por su potente voz vienen disponibles para tocar en guitarra gracias al trabajo de Álvaro Godoy. Entre las canciones de este cancionero viene la hermosa "Zamba de lozano", la canción que interpretara magistralmente Illapu en uno de sus primeros discos. Puedes escuchar una versión descargándola aquí.

Este número de La Bicicleta trae un interesante artículo sobre el documentalista y cineasta alemán Werner Herzog. Entre sus más conocidas realizaciones cinematográficas se cuenta "Aguirre o la ira de Dios", "Fitzcarraldo" y "Nosferatu, el fantasma de la noche", cuyo personaje central fuera interpretado por Klaus Kinski y que es quien aparece en esta portada de La Bicicleta. Herzog fue considerado, junto a cineastas como Wenders y Fassbinder, como exponente del "nuevo cine alemán". En Chile la mayoría de las películas de estos cineastas alemanes las pudimos ver en el antiguo cine Normandie, donde a la entrada se nos entregaba un muy útil e interesante folleto preparado especialmente con el comentario cinematográfico de la película que se exhibía en ese momento.

El año pasado Herzog volvió a impresionar a espectadores y críticos con un documental titulado "Grizzly Man", que trata sobre la vida de un hombre que pasó 13 años viviendo con osos en Alaska.

También se incluye en este número los resultados del concurso de cuento y gráfica que organizó La Bicicleta, que tuvo un gran éxito y cuyos ganadores comenzaron a ser publicados a partir de este número 14 de la revista. El éxito no sólo fue por el número de trabajos que se recibieron sino por la diversidad de lugares del mundo desde los que llegaron pues los chilenos en el exilio participaron activamente. El jurado del concurso estuvo conformado por Roser Bru, Eduardo Vilches, Milan Ivelic e Ignacio Reyes, en la categoría gráfica; y por Jorge Edwards, Marco Antonio De la Parra, Martín Cerda y Antonio De la Fuente, en la categoría cuento.

En esta ocasión, se publica el trabajo del ganador en la categoría gráfica: César Olhagaray, quien ganó con una obra titulada: "Me puse mi casa para salir a dar una vuelta". Como muchos de los ganadores y concursantes en general, César es un artista plástico chileno residente en aquellos años en Alemania, país en el que al parecer sigue residiendo. Pueden visitar su página web aquí, donde hay una buena muestra de su obra pictórica.

En la categoría cuento, el ganador fue otro chileno del exilio: Carlos Smith Saravia, residente en Suecia en ese entonces y quien ganó con un cuento titulado "Lentamente", el que les invito a leer porque se trata de un cuento a la vez hermoso y terrible. Realmente me impactó cuando lo leí en aquella oportunidad y aunque entonces era apenas un adolescente y no pensaba aún en tener hijos, no pude evitar conmoverme con el relato que nos ofrecía Carlos. También lo pueden hallar en el blog de Carlos, quien se dedica hoy a temas de desarrollo afectivo y espiritual.

Cabe recordar que el concurso no estuvo exento de polémica pues una de las galardonadas en la categoría cuento fue Mariana Callejas. Para quienes no lo sepan, ella era la esposa de Michael Townley, agente de la siniestra Dina y quien fuera el autor material del asesinato del ex-canciller Orlando Letelier en Washington en 1976. Fue en casa de Townley donde la Dina produjo el temido gas sarín y fue allí también donde se dio muerte al diplomático español Carmelo Soria. Por cierto, la polémica se suscitó porque Mariana Callejas estaba también involucrada en las actividades terroristas de su marido, desde los tiempos en que Townley era un simple simpatizante de la derecha fascista chilena hasta cuando se convirtió en un agente civil del organismo represor chileno. El argumento de La Bicicleta para enfrentar la polémica suscitada con el caso Callejas fue que el premio se le otorgó al cuento que presentó Callejas y no a ella. Podrán leerlo en un próximo número de la revista y evaluar sus méritos estrictamente literarios.

También viene en este número un artículo del conocido filósofo chileno Carlos Ruiz Schneider -profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile- sobre la obra de Jean Paul Sartre; un artículo de Álvaro Godoy sobre el renacimiento que parecía experimentar el movimiento musical chileno en eso años y un artículo sobre la forma en que la televisión chilena daba cabida a las expresiones artísticas de raíz folclórica.

Finalmente, las siempre interesantes noticias del mundo de la cultura; la hilarante aventura de Supercifuentes y las cartas al director, de las que quise rescatar el poema que reproduje al comienzos de estas líneas a modo de tributo a aquellos lectores que a través de las cartas que hacían llegar a la dirección de la revista, enriquecían también sus contenidos.

Que la disfruten.

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jueves, 27 de septiembre de 2007

NUEVOS SERVIDORES DE DESCARGA


Como varios visitantes del blog lo solicitaron, subí los números de la revista también a un servidor gratuito y de razonables prestaciones, como es el caso de Mediafire. No sé si caducan esos links cuando no ha habido descargas pero al menos estarán ahí un tiempo. Por lo demás, seguirán también en rapidshare pues tengo una cuenta premium y entiendo que los archivos no caducan aún cuando no haya habido descargas durante un tiempo. A ese servidor será donde primero suba los ejemplares de la revista y luego lo haré con Mediafire u otro semejante. Así no tendrán que esperar tanto para poder descargarla.

Saludos

miércoles, 26 de septiembre de 2007

La Bicicleta Nº 13 - 23 de junio al 22 de julio de 1981

Este número incluye un reportaje sobre la visita que realizara la cantante norteamericana Joan Báez a Chile en 1981, además del respectivo cancionero dedicado a su trabajo musical. Como sabrán, Joan Báez, además de ser conocida por su trabajo artístico (célebres presentaciones en los Festivales de Newport, Woodstock, entre otros) ha tenido un amplio trabajo en defensa de los Derechos Humanos mediante la organización Humanitas International, que ella misma presidía. En aquel año de 1981, Joan Báez fue invitada a América Latina por el Premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, quien entonces encabezaba el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) en nuestra región. Como era de esperar, la visita de Joan Báez no fue bien vista por los dictadores latinoamericanos y así fue como en Argentina y Brasil simplemente le impidieron actuar. En Chile el dictador hizo lo posible por negarle los espacios para sus encuentros con el pueblo chileno pero ella se las ingenió para poder hacer de su visita un acto de denuncia contra la dictadura fascista chilena. Cantó en la Universidad de Chile, visitó la Vicaría de la Solidaridad, se reunió con jóvenes músicos en el CENECA y dio un concierto en el auditorio de la Parroquia Santa Gemita, en la Avda. Simón Bolívar, el que se repletó de gente al punto que quedaron más de cinco mil personas afuera. Estas últimas se tuvieron que conformar con escuchar por altoparlantes el concierto que tenía lugar dentro. Pueden escuchar este memorable concierto bajando el disco aquí. Y para quienes quieran informarse sobre esta importante visita de Joan Báez a Chile, he subido también a la web una entrevista que le hizo la revista Apsi en aquella oportunidad. Pueden también descargarla aquí.

El número 13 de La Bicicleta trae además un reportaje sobre el humor gráfico de crítica sociopolítica, con dibujos de Rufino, Hervi, Palomo y otros. Como siempre, muy interesante lo que se puede comunicar a través del simple dibujo. Ya habrá oportunidad de dedicarle espacio también al noveno arte.

En poesía, incluye poemas de Claudio Giaconi. Valga la oportunidad para rememorar a este poeta y escritor fallecido en junio de este año aquí en Santiago víctima de un infarto.

Otra visita ilustre en ese agitado año de 1981 fue la del escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien en aquellos años estaba lejos de ser el defensor de los principios de la derecha política y económica, como lo es hoy. Su visita también concitó la atención del mundo cultural chileno y no resultó grato para el régimen dictatorial que se reuniera con los disidentes chilenos y el mundo de la cultura. En esa oportunidad anunciaba como proyecto literario más probable, una novela que se titularía "Historia de Mayta", que trataría sobre los sueños y tragedias de un entrañable trotskista y que Vargas Llosa publicara finalmente en 1984.

Cierra el número un artículo sobre los Derechos Humanos y las habituales noticias y reseñas de lo que se producía en materia de arte y literatura.

Por cierto, la aventura de Supercifuentes hace referencia a las eliminatorias que entonces se jugaban para el Mundial de Fútbol de España 82.

Para finalizar, una muestra de lo interesante que eran los "sarpullidos" de prensa que incluía las primeras páginas de La Bicicleta, en los que se compilaban divertidas, patéticas e increíbles citas de notables personajes de aquellos años, como la siguiente que nuestra querida revista titulara como marxismo antediluviano:

"Queremos pensar que hay una acción comunista-marxista internacional que, desde el año 500 antes de Cristo, tiene vigencia y gravita en el mundo" (Declaraciones del general argentino Cristino Nicolaides, reproducidas por El Mercurio del 24 de mayo de 1981). Mejor reirse, en lugar de ponerse a llorar con declaraciones como ésta.

Bien, espero que también disfruten este número de La Bicicleta, la que además de ser un noble medio de transporte, en cierto modo resulta una maravillosa máquina del tiempo.

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domingo, 23 de septiembre de 2007

La Bicicleta Nº 12 - 23 de mayo al 22 de junio de 1981


Este número viene con un cancionero de Pablo Milanés , el que incluye un artículo acerca de este trovador cubano. Para quienes no sepan, los cancioneros de La Bicicleta venían con los acordes para tocar en guitarra, los que eran elaborados por Álvaro Godoy, quien además de ser el responsable de armar el cancionero, realizaba también algunas entrevistas y artículos que aparecían en la revista. El era músico y uno de sus canciones la tocaron varias veces en la radio Galaxia en esos años.

Este número 12 lo esperaba con ansias porque venía una entrevista a Los Jaivas, cuando aún no volvían a Chile con esos memorables conciertos en el Teatro Caupolicán. Mi felicidad fue mayúscula cuando meses después supe que vendrían a tocar a Chile y podría verlos en vivo y en directo.

Un muy buen artículo de este número es el que está dedicado a la poesía joven. La de la generación de Zurita, Rodrigo Lira, Claudio Bertoni, Diego Maquieira, entre otros. De los poetas incluidos en este breve artículo, el más "viejo" era Claudio Bertoni, quien tenía 33 años. Además del artículo sobre la nueva generación de poetas, vienen algunos poemas de muestra. Cabe recordar que Rodrigo Lira estaba vivo aún y que se suicidaría en diciembre de aquel año.

Al cumplirse un año de la muerte del célebre filósofo existencialista francés Jean Paul Sartre, se incluye un artículo sobre su obra escrito por el dramaturgo chileno Ariel Dorfman.

Cierra el número un artículo escrito por el director de La Bicicleta (Eduardo Yentzen) sobre el nuevo sistema de educación superior que a partir de ese año 1981 se implementaría en Chile como parte de las "modernizaciones" neoliberales que nos legaría la dictadura. Muy interesante leerlo a los ojos de lo que ha llegado a convertirse la educación superior chilena en la actualidad.

Bueno, las noticias y novedades culturales, más la infaltable historia de Supercifuentes, completan el número en cuestión. Que lo disfruten.

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La Bicicleta Nº 10 - 23 de marzo al 23 de abril de 1981


Aquí vamos con otro número de esta "revista cultural hecha en Chile", como rezaba su subtítulo. En esta ocasión se trata del primer número del que sería su nuevo formato a partir de entonces. El anterior era más rústico y sólo lo he podido apreciar en la Biblioteca Nacional, donde conservan algunos de esos primeros ejemplares.

Este número 10 de La Bicicleta sería el último de una etapa en la que la revista aún no se masificaba como consecuencia del cancionero que comenzó a incorporar a partir de entonces en cada uno de sus números. Para muchos ese cancionero sirvió de gancho comercial para masificar una revista cuya circulación hasta entonces era bastante marginal. Como quiera que sea, con o sin cancionero, hay que reconocer que la calidad de los contenidos de la revista no se vio mermada. Sólo muchos años después, en plena moda del pop latino (mal llamado "rock" latino) de la segunda mitad de los ochenta, de la que La Bicicleta no se pudo sustraer, hubo quienes echamos de menos la línea editorial de sus inicios. Pero eso podrán juzgarlo ustedes mismos una vez que puedan comparar ambos períodos.

Este número 10 es el más antiguo de los que tengo. Trae un capítulo -inédito en ese entonces- de la novela "La insurrección", de Antonio Skármeta, el que junto a una entrevista al conocido músico popular nicaragüense Carlos Mejía Godoy ("Guitarra armada", "Misa nicaragüense", entre otras obras muy conocidas), constituye el tema central de este número, dedicado al proyecto cultural de la reciente revolución nicaragüense. De ahí la portada con la Catedral de Managua y la figura de Sandino en su centro.

Y en cuanto a producción cultural, en este número destaca una nota sobre el poeta Armando Rubio Huidobro, fallecido un año antes, nota que incluye tres de sus poemas; dos crónicas sobre eventos culturales realizados a fines de 1980 y la segunda parte de un foro sobre la situación del artista en el Chile de esos años.

Además de las notas informativas sobre la creación artístico-cultural, destaca la infaltable página de "Supercifuentes", ese célebre antihéroe que sobrevive a duras penas en "Consumópolis" y que fuera genialmente dibujado por Hervi. Por lo menos en mi caso, era lo primero que leía de La Bicicleta.

Que lo disfruten y no olviden dejar sus comentarios o sugerencias. Serán bienvenidos.

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viernes, 21 de septiembre de 2007

¿Por qué un blog dedicado a La Bicicleta?

Bueno, en primer lugar porque siempre en momentos de crisis
nos las arreglamos para hacernos de nuevo cada día (como decía Clemente Riedemann), y como parece ser que siempre se trata de aferrarnos a aquellos momentos en que nos hemos sentido felices, aquellos momentos en que hemos tenido más certezas que dudas, y que terminan dándole un nuevo sentido a nuestra existencia, he pensado que rescatar estos recuerdos para compartirlos con más gente me haría bien. En segundo lugar, porque para muchos como yo, La Bicicleta fue un balón de oxígeno en una época en la que los medios de comunicación en Chile asfixiaban con la uniforme y gris imagen que ofrecían de este país. Recuerdo que el primer ejemplar que tuve en mis manos fue una que me obsequió mi papá una noche cuando volvía de su trabajo. A sabiendas que me gustaba Silvio Rodríguez, llegó con las fotocopias de una revista en que venía un especial sobre el cantautor cubano. Era el número 8 ó 9 que consistía en un especial que dedicó La Bicicleta a Silvio Rodríguez. Venían en ella las canciones para tocar en guitarra y mucha información sobre el trovador cubano. Eso fue en el año 1981 y Silvio era uno de los cantantes que se abrió paso de cassette en cassette, de copia en copia, contra la pretensión de los medios de entonces de ignorar lo que sonara a música alternativa. Más encima ésta era música cubana. Peor aún.

En fin, ese primer número de La Bicicleta que llegó a mis manos, y que lamentablemente perdí en uno de esos innumerables préstamos a amigos y a amigos de mis amigos, me permitió conocer la revista. Desde entonces me preocupé de juntar el dinero necesario para comprar regularmente el nuevo hallazgo: una revista que ofrecía no sólo información sobre música que las radios en ese entonces solían ignorar sino que principalmente otorgaba espacio para la difusión de la poesía, la literatura y todas las manifestaciones culturales que en ese entonces florecían en medio del desierto que imponía la cultura oficial de la dictadura.

Inspirado en el ejemplo de los blogs en los que se ha rescatado el legado musical de ese Chile olvidado, he querido generar este espacio en el que poder recordar, preservar y compartir esa gran revista que fue La Bicicleta. No he pedido permiso a los editores ni a su director ni a nadie porque no sabría cómo ubicarlos y tampoco creo que les interese mucho probablemente. De lo contrario, ya habrían hecho algo así. En una oportunidad pedí los primeros números de la revista en la Biblioteca Nacional y sólo tenían algunos. Ignoro si se habrán preocupado de preservarlos en formato digital pero si lo hacen con la calidad que lo han hecho en otros casos, preferiría empezar yo mismo con los ejemplares que tengo. Por lo mismo es que quiero partir ofreciendo los números de La Bicicleta de los que yo dispongo. No son todos ni están en el mejor estado pero aún así los voy a ir escaneando y subiendo a la web para que quienes tuvieron la fortuna de ser uno de sus lectores, puedan rememorar lo que fueron esos tiempos en que en Chile se publicaban medios dedicados a la difusión cultural; medios con una alta calidad y en una época en que no había Internet ni Google ni nada parecido, y que lograban siempre entregar contenidos actualizados, innovadores e interesantes para nosotros los lectores. También para quienes no conocieron esa gran revista, el objetivo es que puedan disfrutarla hoy. Es cierto que han pasado cerca de 25 años desde entonces y que mucho de lo que en ella encontrarán haya probablemente perdido valor informativo. Pero también creo que muchas de las cosas que allí se publicaron siguen siendo actuales. Y si al menos esto sirviera para que las nuevas generaciones sepan que Chile resistió también gracias al esfuerzo de tantos que emprendieron proyectos como éste, me daría por satisfecho. Por último, porque tiene un valor histórico el hojear esas viejas revistas que hoy están tiradas en alguna librería de viejo, creo que vale la pena descargarla y leerla por primera o enésima vez.

Valga también este espacio como una forma de rendir tributo a los entonces jóvenes del colectivo La Bicicleta, a los colaboradores permanentes y ocasionales de la revista y a tanto otros que nos trajeron contenidos de mucha calidad a quienes éramos sus ávidos lectores. Es probable que ni siquiera imaginen cuánto significaron en la vida de muchos de nosotros cada unos de esos artículos que escribieron, cada uno de esos poemas que publicaron, cada una de esas canciones que difundieron.

Pues bien, ahí va el primer número que he escaneado. Se trata del número 11 que la Bicicleta dedicó al nuevo movimiento musical que entonces surgía (o resurgía, habría que decir) y que al alero de los festivales de la ACU (la Agrupación Cultural Universitaria, de la Universidad de Chile) y de iniciativas como la de Ricardo García y su sello Alerce, encontró espacio para una difusión que trascendió los medios universitarios. Este número es muy interesante porque incluye entrevistas de bandas muy variadas (desde Los Blops a Cantierra) y una entrevista al propio Ricardo García. Lamentablemente es el ejemplar que tenía en peores condiciones. Prometo que los restantes no se verán tan mal ni tendrán páginas faltantes pues en éste me faltan las dos páginas centrales que busqué entre mis viejas revistas y no pude hallar. Prometo que apenas las encuentre, completo la revista y la vuelvo a subir. Aún así, vale la pena leerla porque las páginas faltantes son del cancionero pero todos los artículos sobre los grupos y cantautores del Canto Nuevo vienen completas y en la mejor resolución posible.

La idea es que los números que no tengo pueda alguien más compartirlos y así podamos completar la colección de esta gran revista. Ofrezco este espacio para ello. Si alguien del Colectivo La Bicicleta o de la Editora Granizo siente que este blog viola el sacrosanto derecho a la propiedad privada que protege la ley burguesa, le ofrezco mis disculpas porque esto no ha sido hecho con ánimo de lucrar sino simplemente de poder compartir aquello que para muchos representó algo más que un simple medio de información. Si alguno de ustedes fue uno de esos lectores, si fue uno de los que mandó alguna de esas cientos de cartas al director, muchas de las cuales eran en sí mismas un interesante aporte en contenidos para cada número de la revista, les animo a participar mediante sus comentarios, sugerencias y aportes.

DESCARGA LA BICICLETA Nº 11 (abril-mayo de 1981) [por Rapidshare]
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