El número 34 de La Bicicleta salió en un mes y un año muy especial para nuestro país: mayo de 1983. Cómo no recordar ese miércoles 11 de mayo de aquel ya mítico año de 1983. Mmm, no recuerdo qué clases tenía ese día en el liceo pero no asistí y me quedé escuchando la radio Cooperativa. Cuando comenzaron a dar la información de la inasistencia en los colegios, liceos y universidades, me emocioné. Porque aunque siempre supuse que los opositores a la dictadura éramos mayoría, el miedo generalizado, el conformismo y la indiferencia me hacían dudar del éxito de una movilización masiva. Hasta entonces mi experiencia se limitaba a dos cosas: una participación en una organización de secundarios que ni siquiera aparece mencionada en el documental "Actores secundarios". Supongo que debido a lo insignificante que sería. Era la AEM (Agrupación de Estudiantes Medios). Me invitó un compañero de colegio y comencé a participar en ella. Tiempo después alguien me dijo que estaba vinculada al MIR. La verdad es que no lo supe. Mi otra experiencia fue en un núcleo de "La Chispa", una de las facciones del antiguo Partido Socialista, núcleo que se formó a mediados de 1983 con cabros provenientes de varios lados y en el que estuve hasta que agarraron a la dirección y quedamos descolgados. Tenía 16 años en esa época y sólo sabía que se venían tiempos de muchos desafíos para el país. Recuerdo haber pasado tardes enteras armando "miguelitos" que luego había que salir a lanzar en la madrugada para impedir que circularan vehículos. En mi barrio se formó una coordinadora que agrupaba a varias organizaciones sociales, lo que hizo posible mejorar la eficacia de nuestras acciones de protesta. También levantamos un comité de DDHH que llevaba el nombre de un poblador de una villa cercana a la mía que fue asesinado por Carabineros: Juan Antonio Aguirre Ballesteros. El comité funcionaba al alero de una parroquia que quedaba cerca de mi casa. Muchos amigos que hasta entonces se habían mostrado indiferentes a la política o a la situación del país, comenzaron a involucrarse de varias formas en la lucha contra la dictadura. De verdad fueron tiempos demasiado hermosos para mí. Probablemente a esa edad no dimensionaba los riesgos a los que nos exponíamos todos. Me acuerdo de un cabro de la población que quedaba en frente de la mía, que venía llegando del servicio militar y que era medio loco. Una noche de protesta actuó como un verdadero comando cuando teníamos cortada la calle con barricadas y a unas 6 cuadras estaban los milicos disparando balas de verdad. El "Kalalo" (así lo conocíamos), aunque sin formación política, esa noche prestó una ayuda importantísima. Curiosamente, y al revés de lo que le debe pasar a la mayoría, mi llegada a la universidad algunos años después me significó un cierto inmovilismo. Ya no formaba parte de ninguna orgánica política ni tampoco me interesaba mucho y diría que me agarró un cierto desencanto posmoderno, jajaja. Fue a partir del año 1986, que supongo que marcó un antes y un después en la vida de muchos. Nunca me resultó igual una protesta como universitario que las que viví en mi propio barrio. En fin, podría seguir recordando esos años memorables pero no es el tema de la revista ni del blog.
Bueno, vamos al contenido de este número. Trae de cancionero a uno de mis cantantes favoritos en esos años: León Gieco. Debo reconocer que pese a tener casi todos los discos de Gieco, en especial los más antiguos, hoy no suelo escucharlo. A veces me pregunto por qué y creo que se debe a que fue uno de los que más escuché en esos años. El empezó a sonar en Chile en el año 1981 ó 1982. De hecho recuerdo que vino este último año a Chile. Tanto me gustaba que debe ser el único cantante del que me sé en guitarra casi todas sus canciones. Al menos las más antiguas. Pienso que por eso mismo hoy no lo escucho mucho, jajaja. Quedé saturado con "el Dylan de Sudamérica", como dicen que lo bautizaron en Estados Unidos una vez que se presentó por allá. Bueno, el asunto es que este cancionero viene dedicado a él y trae una interesante artículo de Antonio De la Fuente y otro de Álvaro Godoy quien es, era que no, el autor de los acordes para guitarra.
Hoy, Internet mediante, parece no ser muy novedoso lo que se lee en el artículo pero hay que recordar que para quienes crecimos en esos años, lo que encontrábamos en revistas como La Bicicleta y otras, era valiosísimo. Bueno, no sé si a mucha gente le guste León Gieco pero yo habría escogido otras canciones para el cancionero preparado por Álvaro Godoy. De todos modos, son muy buenas todas. Por cierto, no podía estar ausente el trilladísimo "Sólo le pido a Dios", popularizado en Chile por Gervasio. Ni tampoco "Cachito campeón de Corrientes", que fue otro de los temas famosísimos de Gieco en esos años. Aquí les dejo un video en el que aparece un muy joven León Gieco, cantando "Hombres de hierro" en el "Woodstock argentino", el festival B.A.ROCK de 1972.
Gieco siempre me cayó bien, además de gustarme mucho su música. Debe ser porque nunca se las dio de divo, ni de artista ni nada. Más bien siempre me pareció un obrero de la cultura. No sé si alguna vez le escuché o leí algo así pero de verdad que proyectaba esa imagen. Era un tipo humilde, que vivía en un barrio sencillo y que le cantaba a la gente común ¿Cómo no me iba a hacer sentido? Me dieron ganas de cargar algunos discos de Gieco en mi mp3 para escucharlos esta semana. Aquí les dejo las canciones que se incluyen en este cancionero, de modo que podrán escucharlas y tocarlas. Están ripeadas a 192 kbps directamente de los CD originales. Obviamente que si lo prueban y les gusta, pueden comprar los discos de León porque él vive de la música. Descargar desde aquí
En cuanto a los restantes artículos, viene uno sobre la Revolución Islámica. La verdad es que hoy probablemente algo así le hubiese costado al menos una amenaza de muerte al editor del artículo (Antonio De la Fuente). Afortunadamente ene esa época las posibilidades de difusión global de una revista como ésta eran limitadísimas y ningún dirigente iraní, ni ningún grupo fundamentalista, se enteró de cómo les estaban tomando el pelo en una revista publicada en Chilito. Claro, Antonio "Delaefe" seleccionó textos del Ayattolah Jomeini en los que se hace referencia a cosas tan triviales como la manera de orinar y defecar. Hace tan solo 25 años esto del cosmopolitismo, la diversidad cultural y otras yerbas no eran aún parte del sentido común. No tengo nada contra el uso de la ironía pero pienso que ridiculizar a otros pueblos o sus líderes porque simplemente no comulgan con nuestras propias creencias, no es precisamente una muestra de apertura para una revista cultural como La Bicicleta. Bueno, en todo caso no hay que exagerar. Todos tenemos nuestros propios prejuicios. Recuerdo haber leído que Michel Foucault fue sumamente criticado en Francia porque hizo una apología del movimiento que llevó a la revolución islámica. Claro, antes de que el régimen fundamentalista terminara convertido en una férrea teocracia. En fin, mejor leer esta crónica y reirse un poco, mientras podamos hacerlo sin que nos amenace de muerte algún líder musulmán.
Otro artículo interesante, y también muy polémico, es uno escrito por Marilu Krebs y Álvaro Godoy en el que abordan el naturismo. Eso mismo. Antes de la proliferación de "veganos" y otros especímenes, La Bicicleta nos presenta a macrobióticos, vegetarianos, naturistas y otros seres parecidos. Todos ellos rechazan el pecado de la carne, jajaja. Todos ellos parecen rechazar a la diosa proteína pues afirman que es una deidad idolatrada en Occidente (por cierto, Chilito seguramente lo consideran parte de Occidente). De ahí la defensa de las vitaminas, del salvado de cuanto grano exista y de todo aquello que suponen es mejor para nuestro cuerpo. Recuerdo que cuando adolescente me dio también por el naturismo y me duró unos meses hasta que me llevaron donde una prima nutricionista que le dijo a mi mamá que yo estaba a un paso de estar en un estado de desnutrición. En todo caso no fue por el artículo de La Bicicleta que me las di de naturista sino por la nefasta influencia de los amigos, como diría cualquier madre. Pero bueno, aquí se aborda seriamente el tema y se consulta a varios especialistas que hablan de lo saludable de una dieta que prescinda de las carnes y los productos demasiado elaborados. Siempre me ha parecido raro que se critique el consumo de carne o se alaben las propiedades del centeno frente a las del trigo, cuando cualquier estudiante sabe que si no hubiese sido por esos alimentos, la humanidad probablemente no habría tenido muchas posibilidades de sobrevivir. De todos modos, como casi en todo, lo mejor es disfrutar sin abusar. Allá cada cual con sus parrilladas de carne o de legumbres, jajaaja.
Otro artículo de interés reune testimonios de soldados argentinos que vivieron la guerra de las Malvinas. A un año de la desastrosa aventura de los generales golpistas en Argentina, La Bicicleta recuerda el acontecimiento con la mirada del que fue combatiente y sufrió los rigores de una guerra de verdad. Antonio De la Fuente es el autor del artículo.
El último artículo que trae este número de la revista, corresponde a una entrevista con el psiquiatra chileno Claudio Naranjo, quien se explaya sobre misticismo, desarrollo espiritual, budismo y psiquiatría. Hoy no me cabe duda que La Bicicleta fue probablemente la primera de las revistas chilenas en la que se difundió la cultura de la denominada "New Age". El autor del artículo no podía ser otro que Eduardo Yentzen, a quien le convencían mucho estas mezclas de orientalismo y psicología. No tengo nada contra las búsquedas espirituales ni contra los psicólogos y psiquitaras que encontraron su inspiración en la Costa Oeste de Estados Unidos, pero me resultaban demasiado ajenos y hasta el día de hoy lo siguen siendo. De todas formas, les dejo un video en el que Naranjo habla sobre la educación. Por cierto, muy apropiado para la actual coyuntura chilena.
Las noticias sobre la actividad cultural, la aventura de Supercifuentes y los comentarios sobre libros y discos, completan este número. Solo quisiera destacar aquí una carta al director que apareció en este número de La Bicicleta y que cuando la leí en esa oportunidad me hizo mucho sentido. La escribió un estudiante de ingeniería de la Universidad de Concepción, Carlos Pérez Alvarado, y planteaba una crítica a la línea editorial de La Bicicleta en lo que se refiere a sus gustos musicales y la forma de tratar expresiones artísticas y culturales alejadas de dicha línea. Todo esto fue a causa del reportaje que apareció en un número anterior sobre el punk. ¿Lo recuerdan? El artículo sobre el "Caballo de Troya", un pub holandés que reunía a los jóvenes punks. Pues bien, Carlos en su carta hace ver lo prejuicioso de los muchachos de La Bicicleta, que simplemente parecen menospreciar expresiones culturales que vayan más allá del canto Nuevo y de lo que ellos mismo denominaron como "gringos choros" (los ascépticos Simon and Garfunkel o los folklóricos Dylan y Báez). Este ofuscado lector de La Bicicleta reclamaba por la poca consideración a la vanguardia musical que provenía de la vertiente del punk. Mencionaba varios grupos, entre los cuales aparecen los Dead Kennedys (tengo un disco de ellos), UB-40 (que tocaron en San Carlos de Apoquindo en 1989), los B'52 (que me parecen más new wave que punk) y mis favoritos: The Clash. Tal vez por eso me hizo tanto sentido la carta. Porque aunque no fui un punky ni nada parecido, siempre me gustaron los Clash. Hasta el día de hoy. Y nunca La Bicicleta les dedicó un cancionero. Como sí lo hicieron con grupos como Pink Floyd, Yes y hasta con los "chetitos" Soda Stereo (¡puaj!). En fin. Que me sentí interpretado por Carlos y su defensa de la apertura a otras expresiones musicales. Permítanme rendir un tributo a Joe Strummer (1952-2002) líder, guitarrista y vocalista de The Clash. Hace tiempo encontré este video en el que a la interpretación de una de las más lindas canciones de Bob Marley (Redemption Song), se le suma un hermoso homenaje a Strummer. La canción aparece en el disco de Joe Strummer and The Mescaleros que se editó en el año 2003 en forma póstuma y que se llama "Streetcore". Es un gran disco realmente. Ojalá les guste el video.
Bueno amigos, disculpen lo largo del comentario pero parece que me entusiasmé. Aquí les dejo este nuevo número y los invito a dejar sus comentarios, sugerencias o lo que sea.
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6 comentarios:
Hola...
que loco esto, estaba visitando algunos blogs y di con el tuyo.
Cuando le conte a mi mamá estaba feliz, ya que ella trabajo en esa revista y por lo mismo creci escuchando las historias y viendo revistas en la casa,que aún conserva.
Saludos
DRN
Dani, dile a tu mamá que digitalice las revistas que me faltan (están indicadas en una de las entradas del blog) o que me las preste para hacerlo yo mismo y así poder compartirlas en el blog.
Saludos
A propósito de lo que señalas al inicio del comentario de este número (referido a tus recuerdos de tu participación en protestas poblacionales y universitarias) creo que si, en buena parte, es tema de la revista y del blog. ¿Cómo, si pareciera que somos tantos, tan decididos y tan claros, nos ha ido tan mal?. En fin, al menos nos realimentamos con estos recuerdos y quien sabe si volvemos a tener la energía que comprometimos para botar a Pinochet en luchar para intentar transformar de verdad y para siempre esta sociedad.
Eso mismo, ¿qué nos pasó? Me lo he preguntado muchas veces. Puede ser que los recuerdos como estos nos realimenten el espíritu de aquellos años, aunque nos va quedando poco tiempo en verdad.
Saludos
HOLA SOLO TENGO QUE DARTE LAS GRACIAS POR MANTENER VIVOS LOS RECUERDOS MAS BONITOS DE AQUELLA EPOCA,QUEN NO APRENDIO A TOCAR GUITARRA CON LA BICICLETA O SIMPLEMENTE CANTO PARA TRANQUILISAR LA MENTE Y EL ESPIRITU DE TANTA COSA QUE PASO Y QUE AFECTO A NUESTRA GENERACION.HOY ME LLENE DE NOSTALGIA AL RECORDAR AQUELLO GRACIAS
Otra vez, muchas gracias, pero de verdad muchas gracias y mantener vivo este sitio para poder compartirlo con los demás.
Saludos
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