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De las alegrías, las inesperadas
De las pieles, las no arrancadas
De los cuentos, los incomprensibles
De los consejos, los inaplicables
De las muchachas, las nuevas
De las mujeres, las infieles
De los orgasmos, los no simultáneos
De las enemistades, las mutuas
Bertold Brecht
De las alegrías, las inesperadas
De las pieles, las no arrancadas
De los cuentos, los incomprensibles
De los consejos, los inaplicables
De las muchachas, las nuevas
De las mujeres, las infieles
De los orgasmos, los no simultáneos
De las enemistades, las mutuas
Bertold Brecht
El poema de Bertold Brecht que encabeza este comentario corresponde a uno que musicalizara Isabel Parra, a quien se le dedica en este número de abril de 1983 el cancionero y dos artículos. Uno de ellos corresponde a una entrevista que le hizo Renée Chevroux en la ciudad de París y en la que habla de su doloroso exilio y la nostalgia por Chile. Como cientos de miles de chilenos en el mundo entero, Isabel sufrió un exilio que distaba bastante de ser esa experiencia de llevar una cómoda vida en una ciudad cosmopolita de país desarrollado. Es probable que para algunos, en especial quienes provenían de un medio pequeño burgués intelectual, el exilio no haya significado grandes tormentos. Pero para la gran mayoría fue insufrible. Da pena pensar en lo que debe haber significado el exilio para los miles de obreros y campesinos que debieron salir forzadamente de Chile y tener que reconstruir sus vidas en un país extraño. Ni el nivel de vida de los países nórdicos, ni la solidaridad de los países socialistas ni la cultura al alcance de la mano que ofrecían ciudades como París o Roma fueron suficientes para mitigar el dolor del desarraigo. Las historias que conocimos a través de la prensa siempre fueron las de los conocidos y famosos (políticos, artistas, intelectuales, etc) pero pocas veces se habló de aquellos que simplemente provenían de la base o que no ocupaban cargos de grandes responsabilidades en sus organizaciones. En fin, la entrevista a Isabel lleva a pensar en esa otra cara del exilio chileno. El de los que volvieron sin doctorados ni cargos en organismos internacionales, o que simplemente nunca pudieron regresar a Chile. Junto a la entrevista, también se incluye un breve artículo de Álvaro Godoy sobre Isabel en su condición de exponente de la Nueva Canción Chilena.
Otro artículo interesante es el de Antonio De la Fuente sobre Clotario Blest (1899-1990), quien en ese entonces tenía ya 83 años y vivía en condiciones de asceta cerca de donde el Colectivo La Bicicleta también vivía. En el barrio San Isidro, en el centro de Santiago. Don Clotario fue toda una leyenda del sindicalismo chileno. Fundó en 1943 la ANEF y en 1953 fue uno de los fundadores de la CUT; no de la actual sino que de la histórica, la única. Es muy curiosa la figura de Clotario Blest porque era una mezcla de dirigente sindical y asceta. Defendió la independencia del movimiento sindical frente a los partidos políticos, fue uno de los fundadores del MIR, fue seminarista, era un cristiano que pretendía vivir conforme al Evangelio y admiraba a Gandhi y su principio de la no violencia activa. Una vez un amigo mío se topó con él en la calle y se le quedó mirando como para saludarle pero Don Clota parece que andaba malhumorado ese día porque lo único que hizo fue mirar feo a mi amigo y decirle: "¡qué mirái huevón!" Cuando mi amigo me contó, me dio mucha risa y pensé en lo mucho que distaba esa reacción de la imagen que teníamos de él. Es como haberse encontrado con Jesús y que también te echara un garabato por solo mirarlo raro.
Forma parte del artículo una selección de términos realizada por Pedro Armendáriz con definiciones acuñadas por el histórico dirigente sobre temas tan variados como la paz y la revolución.
En este número de abril La Bicicleta venía cargada al misticismo oriental. Ello porque Antonio "Delaefe" y un tal Charly Chang hicieron una selección de textos de célebres pensadores y poetas chinos (desde Lao Tse hasta Mao Tse Tung). Además, Eduardo Yentzen escribe otro artículo titulado "Maestros de Oriente para Occidente", refiriéndose especialmente a las ideas de Maharaj-Ji y Raj-Neesh. Por cierto, supongo que Eduardo incluye Chile en Occidente (y no haciendo referencia a su localización geográfica precisamente), aunque para la mayoría de los europeos no seamos occidentales en términos culturales. En fin, el artículo de Yentzen es bastante condescendiente con las ideas místicas de estos "maestros" orientales. Recuerda incluso al famosísimo Maharishi, quien fue durante algunos años el guía espiritual de los Beatles y otros conocidos músicos. De más está recordar que el susodicho maestro cobraba bastante dinero por sus servicios espirituales y que hasta el día de hoy, cada uno de los "maestros espirituales" que vienen a dar conferencias para expandir la mente o cualquier cosa semejante, lo hacen en algún conspicuo centro de eventos y cobrando más caro que estrellas del pop. Mmm, debo reconocer que las moda espiritualistas venidas de Oriente nunca me han convencido. Será que soy demasiado materialista o simplemente ignorante pero intuyo que para poder explorar esas formas superiores de conciencia se requieren formas "superiores" de vida que sólo se las puede permitir la gente ABC1. Los demás están mucho más preocupados de cómo llegar a fin de mes como para estar pagando la entrada a un encuentro místico con el gurú de turno. Pero dejando los prejuicios de lado, algo habrá de interesante en estas ondas orientalistas que tanta gente está dispuesta a pagar por acceder a ellas. Es como el chiste del infierno: se debe pasar muy bien ahí porque hasta ahora nadie ha vuelto.
Otro artículo raro es el de Mariano Maturana sobre un tal Panchito Reyes y la new wave. Nada parece indicar que se trate del ya maduro galán de teleseries chileno sino que es alguien que tuvo la desdicha (o fortuna) de vivir su exilio en Escocia. Maturana se lo encontró en un bar de Amsterdam y da igual si realmente existió dicho personaje. El asunto es que le sirve de pretexto para escribir un rarísimo artículo sobre la identidad o la no-identidad de quienes debieron pasar por la experiencia del exilio.
En las cartas al director sigue la discusión sobre el Combate de La Concepción y los valores, que va en su tercera etapa ya.
Para terminar, una jocosa presentación de la moda de media estación que presentan los miembros del colectivo La Bicicleta. Resultó muy chistoso en verdad verlos modelando trajes estrafalarios y más risa dan los nombres de los modelitos que proponen, jajaja. Muy bueno en verdad. Los del The Clinic deberían hojear La Bicicleta y así copian esta idea, que era bastante divertida en verdad.
Vuelven las aventuras de Supercifuentes, quien termina preso con un "mani-festante" que cayó detenido por vender maní en una fiesta, jajaja. Bueno, les recuerdo que dejen sus sugerencias, comentarios o lo que sea. Siempre son bienvenidos.
DESCARGAR LA BICICLETA Nº 33 (DESDE FILESEND)
DESCARGAR LA BICICLETA Nº 33 (DESDE MEDIAFIRE)
3 comentarios:
Wua... me emiten a mi más tierna infancia... es que despertaba el día con el diario de cooperativa... y se reía con los chistes de margarita en fortin y con Supercifuentes y su ponchera...
¿Donde pongo lo hallado? como decía Silvio en esos años...
Que buenosaber de ustedes
Con Cariño,
Lau;)
Buenos dias.
Hoy he encontrado un tesoro. Sepan ustedes que no tengo mas que 15 años. Revisando un baúl antiguo, entre todos los disfraces de mi infancia mi padre tenia guardadas estas revistas y unos cuantos cancioneros. Yo, con un traje de luna que aun me queda bueno, felizmente revisando cada una de las ediciones. Mi padre aun conserva unas cuantas.
Muchas gracias
No se si estará bien decirlo, pero copio las introducciones de las revistas que subes al servidor de manera de tener un parámetro incentivado e invitar a leer la revista de quienes ya hace mucho tiempo dejaron u olvidaron este legado, personas que hoy en día necesitan recordar sus tiempos y encontrarse consigo mismas, una forma de recuperar la verdadera idiosincrasia de este país. Muchas gracias por todo.
Saludos
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